Hace setenta y cinco años, este 6 de agosto, en un monstruoso ataque genocida, el ejército estadounidense lanzó una bomba atómica en Hiroshima, Japón [y dos días después en Nagasaki], matando a más de 300.000 civiles inocentes en las dos ciudades, además de innumerables decenas de miles que morirían más tarde o sufrirían los efectos venenosos de la radiación desatada por las dos bombas.
Los gobernantes racistas de EE. UU., ansiosos por asesinar a masas de personas en Japón, circularon la mentira de que los ataques con bomba atómica eran necesarios para “forzar la rendición de Japón y evitar una invasión terrestre de Japón por parte de Estados Unidos que involucraría a 1.000.000 de bajas estadounidenses”. Todo mientras los patrones estadounidenses sabían muy bien que los gobernantes de Japón estaban listos para rendirse ANTES de los bombardeos atómicos.
Bombardeos Atómicos No Necesarios Para Terminar la Guerra
El Estudio Estratégico de Bombardeos de los Estados Unidos informó que, “Ciertamente ... con toda probabilidad antes de noviembre de 1945, Japón se habría rendido incluso si la bomba atómica no se hubiera arrojado ... e incluso si no se hubiera planeado o contemplado ninguna invasión. (trumanlibrary.gov, La lucha de Japón para poner fin a la guerra)
  • El General (más tarde presidente) Eisenhower dijo que era su “creencia de que Japón ya había sido derrotado y que lanzar la bomba era completamente innecesario ... y ya no era obligatorio para salvar vidas estadounidenses”. (Mandato para el Cambio “; 1963)
  • El General Douglas MacArthur, comandante del Pacífico de EE. UU., creía que el lanzamiento de las bombas era “completamente innecesario desde el punto de vista militar”. (Los Años de MacArthur; Vol. II)
  • El LA Times informó en “Los Mitos de Hiroshima” (8/5/05) que, “La dura verdad es que los bombardeos atómicos fueron innecesarios. No se salvaron un millón de vidas. De hecho, McGeorge Bundy, el hombre que popularizó esta figura, más tarde confesó que la había sacado del aire para justificar los bombardeos en un ensayo de la Revista Harper de 1947 que había escrito para el Secretario de Guerra Henry Stimson.”
  • El 9 de marzo, “entre 100.000 y 200.000 hombres, mujeres y niños murieron cuando la Fuerza Aérea de los Estados Unidos roció a Tokio con gelatina de gasolina ... En los meses anteriores de Hiroshima las bombas [convencionales] mataron hasta 500.000 en ciudades japonesas y dejaron a 13 millones de personas sin hogar”. (US News & World Report, 13/07/95)
Para la primavera de 1945, toda la máquina industrial y militar de Japón se había detenido, cortando la línea de vida de sus militares. Para junio, el general de la Fuerza Aérea de EE. UU. LeMay se quejó de que no quedaba nada para bombardear en las ciudades japonesas, excepto “objetivos de basurero”. [De hecho, el Secretario de Guerra Stimson le dijo a Truman que estaba “temeroso” de que antes de que se entregara la bomba atómica, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos tendría a Japón “tan bombardeado” que la bomba atómica “no tendría un fondo justo para mostrar su fuerza”.]
Entonces, si no fue necesario para terminar con la guerra, ¿por qué se dejó caer la Bomba?
En mayo de 1945, el líder soviético Jose Stalin había prometido al presidente estadounidense Truman en la Conferencia de Yalta que el Ejército Rojo entraría en la guerra contra Japón dentro de los tres meses posteriores a la rendición nazi en Europa, que ocurrió el 8 de mayo de 1945. El 8 de agosto, los soviéticos llegaron a Manchuria y estaban preparando una invasión de Japón. “Fue la entrada de la Unión Soviética en la guerra del Pacífico el 8 de agosto, dos días después del bombardeo de Hiroshima, lo que proporcionó el” shock “final que llevó a la capitulación de Japón”. (LA Times 8/5/05)
La clase dominante de los EE. UU. no solo quería evitar la participación soviética en los acuerdos de paz con Japón, sino también quería usar los bombardeos como una muestra del poderío militar estadounidense, una advertencia política a la Unión Soviética de lo que le esperaba en el mundo de la posguerra.
En lugar del último acto de la Segunda Guerra Mundial, los bombardeos atómicos señalaron el lanzamiento de la Guerra Fría en los Estados Unidos.
La Clase Gobernante de EE. UU. Apunta por Tener el Mando Frente a los Soviéticos en el Mundo de la Posguerra
Secretario de Guerra de Truman Stimson, al referirse a la Bomba como una “carta maestra”, dijo: “Dejemos que nuestras acciones hablen en vez de palabras. Los rusos las entenderán mejor que cualquier otra cosa ... Tenemos que recuperar el liderazgo ... de una manera bastante áspera y realista ... Hemos entrado en acción con un arma que será única “. (Diario de Stimson)
  • El científico de la bomba atómica Leo Szilard, en una reunión con el Secretario de Estado de Truman, James Byrnes, dijo: “Sr. Byrnes no argumentó que era necesario usar la bomba ... para ganar la guerra ... La opinión de Byrnes [era] que nuestra posesión y demostración de la bomba haría a Rusia más manejable en Europa “(Szilard: Una historia personal de la bomba atómica”; 1949)
Truman y Byrnes utilizaron la bomba de manera bastante clara principalmente para evitar que los soviéticos compartieran la ocupación de Japón. Como Churchill había dicho sobre la Bomba, “ahora teníamos algo en nuestras manos que corregiría el equilibrio con los rusos”. (LA Times 8/5/05)
En lo que equivalía a una acusación de la administración liberal demócrata Truman, el científico atómico Szilard declaró que “si los alemanes hubieran arrojado bombas atómicas en las ciudades ... Lo habríamos definido ... como un crimen de guerra, y habríamos sentenciado a los alemanes” quienes fueron culpables de este crimen hasta la muerte en Nuremberg y los hubiéramos ahorcado”(Szilard: una historia personal de la bomba atómica”; 1949)
Queda para la clase obrera internacional impartir esta justicia a los criminales de guerra más asesinos que el mundo haya conocido.

No soy tu aliada
Soy una camarada, no una aliada.
Han pasado poco más de dos meses desde que George Floyd fue asesinado en Minneapolis y los trabajadores tomaron las calles militantemente. A medida que estallaron las manifestaciones en todo el mundo, el racismo y la lucha antirracista se centraron en la corriente principal a medida que los jefes capitalistas hicieron un llamado a los blancos para que “escuchen”, “aprendan” y en voz alta hicieron un llamado a la alianza. A los trabajadores blancos se les pidió que retrocedieran y consideraran su propia culpa antes de salir a las calles.
Sin embargo, esta parálisis solo sirve a las estructuras capitalistas que se benefician del racismo y de una clase trabajadora dividida.
Combatir el racismo es una tarea para todos los trabajadores y estamos mejor equipados para luchar como una clase trabajadora multirracial, multigeneracional e internacional.
Salgo a las calles con mis hermanos y hermanas de clase trabajadora porque el Partido me ha enseñado que esta es la única forma de cerrar este sistema racista.
Mientras que los trabajadores negros son clave para la revolución y su liderazgo es instrumental para un levantamiento internacional de la clase trabajadora, ese liderazgo no exime a los trabajadores blancos de unirse a las líneas del frente.
Esconderse detrás de la “culpa blanca” con mensajes de “aprender y escuchar” no es suficiente para luchar contra un sistema racista y capitalista. Momentos de lucha aguda requieren que todos los trabajadores se unan entre sí y se defiendan.
El antirracismo en manos de los patrones solo será manipulado para mantener divididos a los trabajadores. Hará declaraciones vacías arraigadas en el intelectualismo que aislarán aún más a los trabajadores unos de otros.
Los trabajadores aprenden haciendo. Nuestra lucha es más fuerte cuando resistimos y nos rebelamos juntos. ¡Únete a la clase trabajadora en las calles hoy! ¡Únete a PLP!
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Respuesta a ‘el verano de aplastar a racistas’
Estoy escribiendo en respuesta al artículo “Historia del PLP: El verano de aplastar a los racistas” (DESAFIO, 8/5). Quería ampliar el breve resumen de la actividad de PLP en Boston durante el verano de 1975.
El Proyecto de Verano Boston 1975 fue organizado por miembros del PLP que trabajaron en el Comité contra el Racismo (CAR). CAR era un grupo orientado al campus que los miembros del PLP ayudaron a iniciar en 1973. En ese momento, CAR se centró en la lucha contra las teorías racistas de inferioridad propagadas por profesores nazis como Williams Shockley y Arthur Jensen. Esta ideología racista justificó los viles actos de racistas de canalones como los de “Restore Our Alienated Rights” (ROAR) en Boston, incluidos los padres blancos que atacan físicamente a los escolares negros con rocas y botellas.
El grupo multirracial de 150 miembros de PLP y CAR, en su mayoría estudiantes y maestros, que fueron a Boston vieron con sus propios ojos lo que era vivir en una ciudad secuestrada por un movimiento racista agresivo cuyos líderes políticos se instalaron en el Ayuntamiento y el Consejo Escolar y orgullosamente pegó las iniciales de ROAR en las ventanas de su oficina. Políticos liberales hipócritas, como el alcalde Kevin White y el senador Edward Kennedy, habían supervisado durante décadas Boston, una de las ciudades más segregadas de los Estados Unidos. Los liberales construyeron sus máquinas políticas en la división entre los trabajadores negros y blancos allí. Esta división entre los trabajadores permitió a la élite empresarial de Boston cosechar enormes ganancias.
A lo largo de ese verano, los voluntarios de PLP y CAR circularon una petición antirracista que pedía mejoras importantes en las escuelas y la acusación de los líderes de ROAR por conspiración racista para violar los derechos de los niños en edad escolar. 35,000 personas, blancas, negras y latinas firmaron nuestra petición, y más de 100 residentes negros, blancos y latinos de Boston se unieron a CAR, lo que demuestra que teníamos razón en nuestra estimación de que podríamos “llegar a la mayoría silenciosa de los antirracistas blancos y llevarlos a lucha abierta” contra el racismo.
Las manifestaciones de megáfonos de CAR fueron frecuentemente atacadas físicamente por escuadrones de matones ROAR. Estos ataques siguieron un patrón familiar. La policía de Boston, que nos siguió durante todo el verano, desaparecería misteriosamente justo antes de que los fascistas aparecieran con bates y palos de hockey. Cuando los miembros del PLP y la CAR se defendían, los racistas se retiraban y los policías reaparecían, a veces arrestando a algunos de nosotros por cargos falsos.
También hubo batallas mucho más grandes. Cientos, liderados por PLP y CAR, desegregaron Carson Beach en el sur de Boston (fortaleza de ROAR), que los racistas calificaron como “solo para blancos”. Los racistas atacaron, arrojando piedras y botellas, permitidos por los policías que supuestamente estaban allí para mantenernos separados y “protegidos”. A medida que la batalla continuaba y las fuerzas del PLP y CAR eran rechazadas por la policía, los nacionalistas negros que estaban detrás de nosotros atacaron a nuestros miembros blancos. Los miembros de PLP y CAR se defendieron, pero nos vimos obligados a retirarnos.
En el transcurso del verano, hubo cientos de arrestos de miembros de PLP y CAR. Dos miembros negros fueron condenados por asalto y pasaron 3 meses en prisión simplemente por defender a un miembro blanco de Boston CAR que fue perseguido y acosado por matones ROAR. 75 miembros de PLP y CAR, que planeaban dar la bienvenida a los estudiantes negros que iban en autobús a South Boston High School el primer día de clases, fueron arrestados mientras estaban sentados en autobuses que fueron detenidos por la policía. Fueron acusados de “ser tan desordenados que tienden a crear una violación de la paz”.
La colaboración entre policías, políticos, jefes estatales y ROAR fue evidente durante todo el verano. El permiso para nuestro lunes 18 de agosto de 1975 para concluir el Proyecto de Verano fue retirado por los altos mandos de la policía (sin duda con la aprobación del Ayuntamiento) el viernes por la tarde antes de la marcha. Aunque los tribunales rara vez estaban de nuestro lado, incluso esto era demasiado para un juez de Boston. Reincorporó el permiso el lunes por la mañana, justo antes de que comenzara la marcha. 350 miembros de PLP y CAR marcharon al Ayuntamiento de Boston, donde miles de curiosos residentes de Boston vieron nuestro mitin. Decenas de ellos se unieron a CAR en el acto cuando concluyó la concentración.
El Proyecto de Verano de Boston 1975 fue un inolvidable tres meses de lucha aguda y una tremenda camaradería entre aquellos de nosotros que luchamos juntos. No es exagerado decir que el verano de lucha del PLP y el CAR en Boston rompió la espalda de ROAR y detuvo el crecimiento del fascismo manifiesto allí. Por último y lo más importante, ese verano jugó un papel fundamental en la profundización del compromiso de decenas de miembros jóvenes y relativamente nuevos del PLP tanto en la lucha contra el racismo como (en ese momento) la lucha por el socialismo, ahora comunismo.
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Cuidado con el liberalismo
DESAFIO ha estado señalando correctamente que con toda la escupidaza de basura fascista de Trump, equiparándolo con el macartismo, llamado así por el senador anticomunista de caza de brujas de la década de 1950, los liberales siguen siendo el principal peligro, después de haber establecido la fundación del fascismo en los Estados Unidos. Las acciones y rasgos de Trump se parecen a los de McCarthy: mentiras repetitivas, intimidación, acusaciones escandalosas, bravuconadas, diatribas, ataques personales, elogios egoístas, lo que sea. Pero McCarthy no creó el macartismo.
“La culpa de eso recae en ... [el presidente] Harry Truman .... La caza de brujas con la que McCarthy se identifica fue peor antes de comenzar” (The New Yorker, 8/3). En marzo de 1947, Truman, el abanderado del Partido Demócrata, que se convirtió en presidente después de ser seleccionado por Franklin Roosevelt como su vicepresidente antes de la muerte de FDR, lanzó la Doctrina Truman dirigida a la Unión Soviética, iniciando la Guerra Fría.
Cuando era adolescente, recuerdo cómo los trabajadores estadounidenses admiraban ampliamente a la Unión Soviética liderada por los comunistas por haber jugado el papel principal en la destrucción de los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Para inflamar a la población de los Estados Unidos en el anticomunismo contra su antiguo aliado, Truman estableció un programa de “lealtad” para ser llevado a cabo por el FBI y el Fiscal General, obligando a 4.765.795 trabajadores federales a firmar un juramento anticomunista. Finalmente, más de 500 fueron despedidos.
Simultáneamente, el Congreso liderado por los demócratas estableció el Comité de Actividades Antiamericanas de la Cámara (HUAC) para “investigar” a quien haya designado como “subversivo”. Este establecimiento liberal creó una atmósfera anticomunista / antisoviética de caza de brujas años antes de que McCarthy comenzara. Este último simplemente aprovechó y lo usó para convertirse en el tipo de fascista que Trump ahora personifica. (Otro ejemplo: Trump se basa en las políticas racistas de Oriente Medio y de inmigración del ex liberal en jefe Barack Obama).
Así que ten cuidado con los liberales. Seguirán cualquier camino que fortalezca el sistema de ganancias e intenten cegar a la clase trabajadora contra una solución comunista a la explotación del capitalismo.
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Pacifismo es letal
En medio de una lucha antirracista en todo el país por parte de los manifestantes contra el terrorismo policial y militar, los patrones capitalistas están preocupados y nos instan a no ser violentos y volver a trabajar pacíficamente en sus cámaras de gas COVID-19 utilizando la idea de los nazis idea que “el trabajo te hará libre” (esta fue la señal en la puerta de entrada a Auschwitz). John Lewis, un político negro, ha sido elevado repentinamente por los ex presidentes, Bush, Obama y Clinton, como un santo no violento en uno de los funerales más espectaculares y publicitados desde el presidente Roosevelt. Mientras elogiaba a Lewis por sus esfuerzos más jóvenes en la organización de los derechos civiles, una activista de raza negra dijo que Lewis, sin embargo, como todos los políticos, tuvo que limitar sus críticas al sistema y que fue reprendido y convocado a la Casa Blanca de Obama cada vez que sus comentarios empujaron los límites.
Cuando Malcolm X pidió resistencia negra a la opresión racial, fue asesinado. Cuando el portavoz no violento Martin Luther King apoyó la huelga de los trabajadores de saneamiento de Memphis y habló en contra de la guerra genocida en Vietnam, diciendo: “Estados Unidos es el mayor proveedor de violencia en el mundo”, también fue asesinado. Durante ese tiempo, cientos de ciudades estadounidenses como Watts en Los Ángeles, Detroit, Newark y Nueva York se incendiaron y recuerdo un titular de CD que decía: “¡La no violencia está muerta, organízate!”
El trabajo esclavo negro construyó la economía y el capitalismo de los Estados Unidos y hoy los salarios de pobreza negros y latinos producen comunidades deprimidas y trabajadores en peligro de extinción para que siga funcionando. Pero el capitalismo es un cáncer que requiere aumentar las ganancias empapadas de sangre de la explotación, la pobreza y la ocupación imperialistas en todo el mundo, que los trabajadores estadounidenses en Portland y Seattle ahora están recibiendo un sabor gaseoso de sus propios hermanos con uniformes capitalistas. Los interminables países bombardeados que vemos en la televisión son parte de 100 naciones dominadas por la financiación de los contribuyentes de más de 800 bases militares estadounidenses en todo el mundo, creando una imagen de lo que el capitalismo tiene reservado para las ciudades estadounidenses que resisten su terror.
Los manifestantes deben comenzar a manejar la verdad de que el capitalismo crea racismo, pobreza, pandemias, ganancias antes de la salud y guerras interminables que solo un partido comunista como el PLP puede organizar para destruir. ¡Únete a nosotros!
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Según el New York Times (21/7), mas de 600,000 trabajadores en el mundo han muerto por la pandemia del coronavirus; según el COVID Tracking Project, (Rastreo del C0VID), solo en EE.UU., mas de 133,000 trabajadores han muerto y mas de 58,000 están hospitalizados con coronavirus. En medio de este cerco mortal, mientras los capitalistas presionan por “reabrir” su economía y sacrificar a nuestra clase para su lucro, el peso de apoyar y salvaguardad la seguridad de los trabajadores recae principalmente en las mujeres – especialmente en mujeres negras, latinas, asiáticas, indígenas, e inmigrantes.
El sistema de ganancias crea una rígida división entre la mano de obra que se paga y la que no, entre “trabajo de hombres y trabajo de mujeres” como; la limpieza del hogar, crianza de los hijos. El covid-19 ha intensificado todos los aspectos tóxicos del capitalismo y las trabajadoras son las mas vulnerables, económica y socialmente, son quienes están expuestas físicamente a los persistentes efectos del covid-19.
El capitalismo no puede existir sin el sexismo; la súper explotación y opresión particular de las mujeres. Según un reporte de Women’s Policy Research de 2018, considerando la diferencia en sueldo y responsabilidad en el cuidado de los niños, y durante un periodo de 15 años, el salario de las mujeres era de $0.49 por cada dólar de salario de los hombres (Vox, 2/4/19). Cuando los capitalistas les pagan menos a las mujeres, utilizan la desigualdad sexista para bajar los salarios de los hombres. Mucho antes que apareciera la pandemia, el sexismo ya infectaba a nuestra clase por medio de la objeción de las mujeres y la discriminación de genero contra trabajadoras gay y transexuales. Pero, lo mas importante, el sexismo divide a hombres y mujeres y fractura nuestra lucha.
Solo bajo el comunismo, cuando habremos abolido el dinero y destruido la plusvalía extraída de la mano de obra, veremos la convivencia colectiva igualitaria. Es entonces que nos liberaremos de las cadenas sexistas y racistas.

El valor del trabajo sin pago

Aun cuando la tasa de mortalidad de trabajadores hombres por covid-19 es mas alta que de trabajadoras, las mujeres “son mas de la mitad de los trabajadores con bajos salarios en cada estado, poniéndolas en posiciones particularmente vulnerable conforme la economía desecha empleos de forma nunca antes visto. Casi el 90% de enfermeras son mujeres, también son la mayoría de quienes cuidan niños, trabajan en la limpieza, sirvientas, asistentes de enfermería, trabajadoras de la salud en el hogar, cuidado de ancianos y centros de rehabilitación (NBC News, 20/4).
Internacionalmente, las mujeres son golpeadas mas fuertemente por las desigualdades racistas, sexistas y de violencia, arma letal que los patrones utilizan contra nuestra clase. Miles de mujeres que trabajan en asilos y hospitales perecen por la negligencia capitalista y la falta de equipo protector. Millones mas están desempleadas porque las industries en donde trabajaban han sido destruidas por la pandemia o la necesidad de quedarse en casa con sus hijos de edad escolar. En EE.UU., el 55% de los 20.5 millones que han quedado desempleados son mujeres, con la tasa mas alta de desempleo entre las mujeres negras y latinas (NPR, 9/5). En India, las mujeres son mas propensas a perder su empleo, y presionadas a matrimonios arreglados, lo cual limita su autonomía futura (NYT, 15/7). En Gran Bretaña, las trabajadoras negras y asiáticas reportan tener mas problemas alimentando a sus familias (fawcettsociety.org). De EE.UU. a México, a Sudáfrica, los reportes de violencia domestica se han disparado.
Alrededor del mundo, a diario, las trabajadoras hacen 12.5 mil millones horas de trabajo, sin remuneración. Si se valorara su trabajo con un salario mínimo, su contribución representaría por los menos $10.9 billones al año, mas de tres veces el tamaño de la economía global de la industria tecnológica (OxFam International).

Atención medica sexista empeora la crisis

Bajo el capitalismo, la atención medica no solo es terrible sino también notablemente sexista y racista. Estudios muestran que las mujeres tienen mas probabilidad de ser inadecuadamente tratadas por dolor o demencia (Guardian, 20/11/17) y sufrir una tasa mas alta de muerte después de un ataque al corazón (MedCity News, 4/5/19). Dos de tres muertes maternas por embarazo podrían ser prevenidas con atención medica adecuada (NYT, 13/7).
Aun antes del covid-19, las mujeres negras en EE.UU. ya padecían la letalidad del sexismo y racismo en el sistema de salud. Tenían 243 veces mas posibilidades de morir de enfermedades relacionadas al embarazo que mujeres blancas, 22% mas de enfermedades del corazón, y 71% mas de cáncer cervical (npr.org, 7/12/17). Esta situación criminal se ha empeorado con la pandemia. En abril, a Deborah Gatewood, una enfermara negra que trabajo por 31 años en un hospital de Detroit, los doctores le negaron tratamiento, cuatro veces, y murió de covid-19. La negligencia asesina es predominante en un sistema que “rutinariamente trata el dolor y sufrimiento de la gente negra con menos seriedad que la de otros pacientes. Es el resultado irracional, anticientífico de presunción que [doctores] tienen sobre la gente negra, la cual sus escuelas de medicina y hospitales no los ha forzado a desechar” (Guardian,4/5).

Las mujeres negras son clave para la revolución

Mientras trabajadores negros y latinos se enfrentan a la violencia policial y son asesinados por la policía, muchas veces son las madres y hermanas, de estos trabajadores, quienes marchan al frente y lideran la lucha. ¡Ellas son las guerreras y lideres que necesitamos contra el sexismo y racismo!
Desde diciembre 2019, la familia de Alex Flores, quien fue asesinado por la policía de Los Ángeles, ha estado luchando. El liderato político y organización de sus marchas es principalmente liderado por las mujeres de la familia Flores. Muchos de sus esposos se quedan en casa al cuidado de los hijos, un gran ejemplo de lo que seria la vida familiar bajo el comunismo, donde todo el trabajo es colectivo.
En Brooklyn la familia de Shantel Davis, asesinada por la policía de Nueva York en 2012, continúa liderando la lucha antirracista en nombre de Shantel y muchos otros asesinados por el capitalismo. La semana pasada, recordamos y continuamos la lucha por Kyam Livingston, una madre de 37 años asesinada por la negligencia medica dentro de una estación de policía en 2013. Por siete años, la familia, con el liderato de la madre de Kyam, ha dirigido la lucha y demandado responsabilidad patronal.

El feminismo capitalista no es anti-sexista

Solo una revolución masiva de la clase trabajadora, dirigida por un partido comunista revolucionario podrá liberar a nuestra clase. Las trabajadoras debemos dudar de las mujeres politiqueras que han surgido para servir a la clase capitalista. A ellas se les ha dado “poder” para utilizarlo en contra nuestra.
La vergonzosa carrera de Hillary Clinton líder mentirosa, campeona de las encarcelaciones masivas y el empobrecimiento de quienes reciben welfare, nos han mostrado que el feminismo y la política liberal de identidad no le sirven a la clase trabajadora. El llamado a romper el “techo de cristal” en el mundo corporativo es apoyado por los gobernantes capitalistas, porque estas ideas retrogradas están diseñadas para confundir las lealtades de las trabajadoras y canalizar nuestra ira anti-sexista hacia el individualismo y el vacío de la reforma electoral.
¿Es esto anti-sexista? ¡No!
Michelle Obama, proclamada como la mas alta expresión de feminismo, de “excelencia negra”, animaba a trabajadoras a votar por Clinton, diciendo: “La candidata mejor calificada de esta ultima carrera era una mujer…aunque no era perfecta, pero era mucho mas perfecta que muchas de las alternativas” (Newsweek 5/4/18).
¿Es esto anti-sexista? ¡No!
En 2019, Lori Lightfoot, anterior asistente de Fiscal de EE.UU., se convirtió en la primera alcaldesa negra, que se identifica como lesbiana, de la ciudad de Chicago. Después ataco la huelga de maestros en toda la ciudad, se negó a aumentar el presupuesto y emplear mas personal mientras le daba mas de mil millones de dólares, de los impuestos de los trabajadores, a compañías privadas de desarrollo de bienes y raíces (ver DESAFIO, 20/2). Al atacar a trabajadores en su mayoría mujeres, Lightfoot también ataco a quienes serán los mas afectados, los estudiantes.
¿Es esto anti-sexista? ¡No!

La revolución comunista es anti-sexista

El Partido Laboral Progresista lucha contra el sexismo y el feminismo capitalista. Es importante atacar las practicas sexistas y comprender como, las crisis capitalistas, aumentan la súper explotación sexista de sectores de la clase trabajadora.
Como mujeres trabajadoras luchamos internacionalmente para mantenernos, y a nuestros hermanos y hermanas de clase, vivas. Debemos continuar la lucha por un mundo que siga su liderato. Mas que todo, debemos estar alerta en cuanto a lideres engañosos liberales que tratan de pacificar nuestro llamado a la revolución con migajas reformistas y promesas de sentarnos en la mesa de los patrones.
¡Trabajadores del mundo, unámonos para aplastar este maldito sistema de ganancias!

JOLIET, ILLINOIS, 21 de julio—Por primera vez en 25 años, 700 enfermeras, principalmente mujeres, desafiaron el calor del verano y la lluvia durante 16 días para una valiente huelga anti-sexista que concluyó hoy. Al igual que muchos trabajadores del sistema médico en todo el mundo, estas enfermeras negras, asiáticas y blancas están hartas del creciente abuso, hipocresía y explotación de los jefes capitalistas de la salud durante la pandemia.
Dos meses después de la expiración de su contrato con el Centro Médico AMITA Health St Joseph, autorizaron una huelga a través de su sindicato para exigir suficiente personal, salarios y beneficios dignos obligatorios, y el fin de las condiciones laborales de intimidación. Mientras que la Asociación de Enfermeras de Illinois (INA, por sus siglas en inglés) se vendió hoy, las enfermeras han demostrado que la lucha no ha terminado.
La pandemia de coronavirus ha exacerbado el sexismo mortal y el racismo que alimenta el sistema capitalista. La abrumadora mayoría de los trabajadores de primera línea en condiciones de trabajo peligrosas y desconocidas a medida que aumentaron las infecciones han sido negros, latinos, asiáticos, mujeres e inmigrantes. Miles de trabajadores en todo el país ya han sido enviados a una tumba temprana en la lucha despiadada de los patrones por las ganancias. Pero miles y miles de trabajadores, especialmente mujeres trabajadoras, han luchado y han dado un ejemplo militante para que otros lo sigan.
Los camaradas del Partido Laboral Progresista internacional (PLP) saludan a las enfermeras en huelga audaz por su ejemplo e invitan a ellos y a todos los trabajadores a luchar por un poder genuino a través de la revolución. Luchamos por la línea de que solo una sociedad igualitaria dirigida por los trabajadores puede garantizar la libertad de las pandemias, el terror policial racista, el sexismo y la guerra. ¡Al luchar por el comunismo, estamos luchando por nuestra salud colectiva!
Piquete contra explotación capitalista
Poco después de enterarse de la huelga, los camaradas del PLP visitaron el piquete de las enfermeras en múltiples ocasiones para extender la solidaridad comunista anti-sexista y antirracista a estas combatientes de la clase trabajadora. Al instante recibimos una cálida bienvenida de parte de las enfermeras y elogiaron nuestros carteles caseros que atacaban el racismo y el capitalismo. Prácticamente todos en el piquete tomaron el DESAFÍO, y pudimos entablar una conversación con muchas y hacer nuevos contactos.
Las enfermeras confirmaron personalmente muchos de los ataques de los jefes, incluyendo la escasez crónica de personal y la eliminación propuesta del pago por enfermedad para los nuevos empleados. Exclamaron abiertamente la hipocresía de los jefes de los hospitales por sus palabras vacías que han aclamado a los trabajadores de la salud como “héroes” durante la pandemia, pero que no han abordado las condiciones peligrosas en el interior tanto para las enfermeras como para los pacientes. En una profesión que es 91 por ciento mujeres, estas condiciones de trabajo son inherentemente sexistas.
Muchas enfermeras en la línea de piquete eran mujeres inmigrantes de las Filipinas. Al venir a los Estados Unidos y firmar contratos de visa de trabajo con hospitales, históricamente han sido hostigadas e intimidadas por organizarse o incluso hablar en contra de las condiciones de trabajo sexistas de los patrones.
Su liderazgo enérgico en esta lucha y tantas otras muestran claramente que las trabajadoras más oprimidas bajo este sistema podrido son adecuadas para dar el liderazgo más militante y revolucionario contra él.
#fracasossindicales
El INA no hizo casi nada para atraer un apoyo más amplio de la clase trabajadora a la lucha. Después de pasar más tiempo en el piquete, el PLP se enteró de que las negociaciones realmente no iban avanzando hacia algo bueno, y que no había una visión real o liderazgo político sobre la dirección o los objetivos de la huelga.
La primera oferta de contrato fue tan mala que más del 70 por ciento de las enfermeras que votaron la rechazaron (NBC Chicago, 7/12). Más de 170 enfermeras ni siquiera se molestaron en votar la segunda propuesta (Patch, 7/20). Muchos se desanimaron claramente después de darse cuenta de que básicamente solo estaban “llegando al punto de equilibrio” después de una huelga de dos semanas.
El hecho de que el sindicato no haya tomado ningún tipo de posición real para las enfermeras no debería sorprendernos. En esencia, los sindicatos existen bajo el capitalismo para limitar la lucha de los trabajadores dentro de los límites aceptables para los patrones y para decidir los términos de nuestra explotación a través de negociaciones periódicas de contratos.
Compare esto con una sociedad comunista, donde instituciones como hospitales y clínicas serían organizadas y dirigidas por trabajadores, para nuestro propio beneficio. No habría jefes para estafarnos y ponernos a nosotros y a nuestros pacientes en peligro, ni sanguijuelas que se beneficien de nuestro trabajo. Tomaríamos decisiones colectivamente y avanzaríamos enormemente en la salud de los trabajadores, tal como se hizo después de las revoluciones comunistas en Rusia y China en el siglo XX (ver DESAFIO, 7/8).
Un mundo para ganar
Pero tal sociedad requiere un movimiento de trabajadores internacional de masas, bajo el liderazgo revolucionario del PLP comunista. Las luchas de reforma en las que nos encontramos hoy, tanto grandes como pequeños, pueden armar a nuestra clase con la conciencia y el coraje que necesitamos para enfrentar a los jefes capitalistas mientras construimos para la revolución.
Estamos agradecidos de aprender y de inspirarnos en nuestros compañeras combatientes de la clase trabajadora, desde las enfermeras en Joliet hasta los trabajadores de todo el mundo. Hacemos un llamado a todas nuestras hermanas y hermanos de clase para que conecten sus luchas contra la explotación capitalista, el desempleo, el hambre y las enfermedades y luchen para eliminarlos a todos luchando por una sociedad comunista igualitaria. ¡Tenemos un mundo que ganar!