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Por Juston y Terrence, acabar con el capitalismo racista
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- 20 Marzo 2021 128 visitas
BOSTON, MA, 6 de febrero—Unas 65 personas se manifestaron en la Cámara de Representantes de Boston para exigir: “¡Reabrir el caso Juston Root, nombrar un investigador independiente!”. Un año después de que la policía matara a Juston a sangre fría, no se ha procesado a ningún policía. Eso es el capitalismo, un sistema racista donde la policía protege a la clase dominante multimillonaria e intimida y divide a la clase trabajadora. El Partido Laboral Progresista (PLP) dice que necesitamos un sistema completamente diferente donde los trabajadores dirijan todo, eso es el comunismo.
Hablaron familiares de Juston y de Terence Coleman, otra víctima del asesinato policial. Entregaron una petición de 11.500 firmas a la oficina del Fiscal General de Massachusetts, exigiendo que se reabriera el caso. La hermana de Juston dijo que, si esto le podía pasar a su hermano, le podía pasar a cualquiera. Ninguno de nosotros está a salvo de la violencia policial.
El 7 de febrero de 2020, Juston Root, durante una crisis de salud mental, estuvo en el Brigham & Women’s Hospital para reunirse con un terapeuta de salud mental. Un guardia de seguridad del hospital llamó a la policía de Boston por Juston y le dispararon una vez. Juston, sangrando, tratando de escapar, se subió a su auto y condujo por la Ruta 9 hacia un centro comercial en Brookline, donde chocó su auto y cayó al suelo. Siguieron seis policías. Mientras Juston yacía sangrando, ahuyentaron a un técnico de emergencias médicas que intentaba ayudarlo, lo patearon y luego dispararon 31 balas contra Juston, matándolo.
El Racismo daña a todos los obreros
Juston, que era blanco, fue víctima de un asesinato policial racista. ¿Por qué decimos que fue racista? El objetivo desproporcionado de las comunidades negras y latinas para realizar una intensa actividad policial sigue siendo la excusa para militarizar a la policía y protegerla con protecciones legales. Esto también pone en peligro a los trabajadores blancos. La vida de un joven hermoso no valía nada para estos policías asesinos racistas. Después del asesinato, se escuchó a uno de los policías decir: “¡Yo maté a esa [maldición]!”
El 6 de marzo, miembros del PLP se unieron a otra manifestación convocada por Mass Action Against Police Brutality (Acción Masiva Contra Brutalidad Policiaca) para exigir que el policía asesino Derek Chauvin sea condenado por asesinato y reabrir todos los casos de asesinato policial en Boston. Las familias de Burrell Ramsey-White, Ross Batista, Juston Root y Terrence Coleman, tanto negros como blancos, hablaron en la manifestación exigiendo que se reabrieran los casos de sus seres queridos. Nuestro panfleto y el periódico DESAFÍO, que promueven la unidad multirracial, y nuestros carteles comunistas revolucionarios fueron bien recibidos. El veneno divisor de las políticas de identidad estuvo notablemente ausente. Intentaremos trabajar más de cerca con esta organización y las familias de las víctimas. Ayudaremos a luchar contra estos asesinatos de policías racistas ahora, mientras luchamos por un futuro donde el racismo y toda explotación capitalista terminen de una vez por todas - ¡eso es comunismo!
El racismo lastima a todos en la clase trabajadora. ¡Necesitamos unirnos para luchar para destruir este apestoso sistema capitalista de explotación y opresión y asesinos policiales fascistas!
‘Taller sobre la política de identidad: ‘muy esclarecedora’
Me ha interesado saber más sobre el partido comunista y escuché de mi amiga que su hermana está involucrada en un grupo de discusión comunista. Me comuniqué con su hermana y me informó de un taller de educación que se estaba llevando a cabo sobre el comunismo en el aula. Estaba intrigada y decidí asistir. También solo quiero decir que soy una mujer blanca queer y una recién graduada de la universidad STEM. Alrededor de 55 personas asistieron al foro, lo que me sorprendió. Se pronunció un discurso de apertura sobre cómo, a través del comunismo, los estadounidenses pueden derrotar al capitalismo y los efectos negativos (racismo, sexismo, etc.) que tiene en nuestra sociedad. Terminé asistiendo a un taller sobre políticas de identidad. Fue muy esclarecedor porque, sinceramente, no estaba demasiado familiarizado con las políticas de identidad antes de esto. Me considero una gran feminista y soy parte de la comunidad LGBTQ+.
Fue interesante saber que es mejor no identificarse con personas que son similares a usted en términos de raza, género o sexualidad, sino con la clase. Siempre me alineé automáticamente con las personas que se encuentran dentro de las dos categorías que mencioné anteriormente. De hecho, también me sorprendió escuchar que el racismo puede afectar a todos en la fuerza laboral que no están en la cima, no solo a las personas de color. Si bien no participé activamente en el foro porque sentía que no tenía educación, disfruté escuchando lo que la gente tenía que decir y aprendí mucho. Este evento ha inspirado al activista que llevo dentro y quiero atravesar mi zona de confort para hacer más. Quiero actuar y hacer mi parte para luchar contra el capitalismo. ¡Gracias por el foro educativo!
HHHHH
Angela Davis, no es comunista
El artículo por lo demás excelente, “Sólo el comunismo puede erradicar el sexismo” (DESAFÍO, 17/3), se vio empañado por cierta confusión sobre la historia comunista y lo que significa ser un revolucionario. Prueba A: Si bien Angela Davis fue miembro y líder del Partido Comunista de EE. UU. durante mucho tiempo, sería incorrecto llamarla “comunista negra”. En la década de 1930, una época en la que los trabajadores todavía tenían el poder estatal en la Unión Soviética, el CPUSA era parte de la vanguardia del movimiento comunista revolucionario internacional. El partido tenía debilidades políticas, en particular al unirse a un “frente popular” antifascista con los demócratas liberales. Pero como señaló el artículo de Langston Hughes en el mismo número de CHALLENGE, el CPUSA asumió un papel de liderazgo en las luchas obreras y antirracistas más militantes de la época, incluido el juicio de los Scottsboro Boys.
Con la muerte de Joseph Stalin en 1953, la Unión Soviética aceleró su decadencia hacia el capitalismo de estado. Bajo el liderazgo de los archirrevisionistas (falsos izquierdistas) Earl Browder y luego Gus Hall, el CPUSA siguió el trágico ejemplo de la URSS, abandonó la revolución y se sumergió en el sindicalismo reformista. En 1962, los fundadores del PLP (entonces el Movimiento Progresista del Trabajo) fueron expulsados, una insignia de honor. Para 1980, cuando Angela Davis se postuló para vicepresidenta de Estados Unidos en la boleta de CPUSA con Gus Hall, se había convertido en otra reformadora capitalista vendida y menos malvada, ni más ni menos.
En 2019, en un comunicado celebrando el centenario de la CPUSA, esta autoproclamada feminista socialista escribió: “¡Por lo menos debemos derrotar a la administración Trump en 2020!” Davis respaldó abiertamente a Joe Biden, el principal arquitecto del encarcelamiento masivo racista. Dijo que la elección de la policía principal Kamala Harris como compañera de fórmula de Biden hizo que el boleto fuera “más aceptable”, un guiño corrupto a la política de identidad reaccionaria y menos malvada.
Sin embargo, Davis tenía razón en una cosa. Biden y Harris son de hecho “lo mínimo” que la clase trabajadora podría obtener.
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Superar las ilusiones liberales
Tenemos que ser precavidos con las reformas liberales de la policía que tal vez nos lleven a pensar que el estado policial en el que vivimos puede ser reformado. Tal vez la respuesta más grande – de políticos liberales- de nuestra aguda lucha del verano, fue en Ithaca, Nueva York. La propuesta nueva del alcalde Myrick remplazaría el departamento de policía existente con un “Departamento de Soluciones Comunitarias y Seguridad Publica.” En algunos encuentros que no necesiten policías armados se seleccionaran “trabajadores de solución comunitaria” no armados quienes se reportaran a un director civil de seguridad pública, en vez de un jefe de policías. Tal vez eso les salve dinero a algunos capitalistas del estado y dinero a la nómina de la ciudad. Sin embargo, también existirán “trabajadores de seguridad pública” armados, como antes. Sin duda, esos policías continuaran estando preparados para realizar violencia organizada en un esfuerzo determinado a suprimir las huelgas de obreros; suprimir manifestaciones estudiantiles de escala grande audaces combatiendo por demandas progresivas; y suprimir cualquier movimiento poderoso que pueda seriamente desafiar desigualdades raciales que están en el corazón del capitalismo.
Los jefes capitalistas necesitan la brutalidad policiaca racista, intimidación, y terror para mantener su poder sobre nosotros. El sistema funciona como ha sido desarrollado a que funcione. Entonces en vez de rogarles a los jefes que cambien su manera de ser, debemos derrocarlos. Para hacer esto, necesitamos construir un partido de clase obrera revolucionario antirracista que destruya toda la estructura y sistema del capitalismo. Un movimiento amplio llevado por este tipo de partido puede hacer una revolución para reemplazar el sistema capitalista racista existente con un sistema comunista de igualdad de clase obrera y antirracismo en el cual podemos trabajar creativamente para cumplir las necesidades de nuestra clase en vez de ser esclavos a hacer ganancias para los capitalistas. ¡El superar ilusiones liberales sobre el sistema capitalista, por millones de obreros y jóvenes, puede abrir el camino para un futuro mejor!
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¿Dónde estás, Joe?
Estaba escuchando un programa de entrevistas sobre trabajadores de hoteles de Washington desempleados que buscan ayuda y no la obtienen de su sindicato. Al comienzo del programa, el moderador pidió comentarios a la gente, “con experiencia sindical como Joe” (ya había estado en el programa algunas veces). Llamé para comentar, pero estaba en espera. Cuando faltaban cinco minutos para el final del programa, el moderador dijo: “Joe, ¿dónde estás? ¿Estás ahí fuera?” y de repente mi teléfono se conectó al programa. Con solo un minuto para el final, dije que el problema era que el movimiento obrero se había convertido en sindicalismo empresarial y los líderes laborales se habían convertido en capitalistas con salarios de seis cifras. Dije que cuando los comunistas estaban en los sindicatos, los líderes recibían solo el salario promedio de los trabajadores sindicales y los líderes reacios fueron reemplazados instantáneamente.
Más tarde traté de entender por qué el moderador me había llamado y recordé programas anteriores como uno sobre organización sindical donde dije que antes de que los comunistas fueran excluidos del liderazgo sindical, había discusiones a la hora del almuerzo sobre eventos mundiales y huelgas locales a las que los trabajadores podían unirse despues del trabajo. En otro programa relaté la reciente huelga de los Teamsters de la ciudad de Nueva York con la huelga de trabajadores del transporte público de 1964 que ganó porque los jefes dijeron: “Tienen un arma en la cabeza”, lo que reveló el poder de una clase trabajadora unida.
Todos estos recuerdos me hicieron darme cuenta de que el moderador estaba pidiendo en el trabajo, tácticas y estrategias de la clase trabajadora para luchar contra la opresión capitalista, incluso cuando son ideas comunistas. Nuestro Partido necesita aprovechar cada oportunidad para relacionar nuestras experiencias de lucha histórica y actual con los trabajadores para ayudarlos a darse cuenta de que el comunismo es que ellos dirigen la sociedad en sus intereses.
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150° Aniversario de la Comuna de París La primera dictadura obrera del mundo
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- 20 Marzo 2021 114 visitas
Hace ciento cincuenta años esta semana, en 1871, los trabajadores armados sacaron a los patrones franceses de París y establecieron la Comuna de París. Francia era una superpotencia mundial. Alemania tenía una base industrial en crecimiento y sus propias ambiciones de superpotencia. “Nosotros, los miembros de la Asociación Internacional de Trabajadores, no conocemos fronteras”, declararon los comunistas. Pero la competencia entre capitalistas franceses y alemanes condujo a la guerra en 1870. El ejército francés pronto fue derrotado.
Las masas parisinas, aunque simpatizaban con el comunismo, todavía estaban influidas por el nacionalismo. Exigieron armas para defender la ciudad del asedio del ejército alemán. El gobierno burgués organizó a la mayoría de los hombres adultos en su Guardia Nacional. Sin embargo, estas unidades de la Guardia, formadas por la clase trabajadora, organizaron sus propios comités de dirección en cada distrito y un Comité Central de los trabajadores para unirlos.
El 17 de marzo de 1871, el gobierno cedió al ejército alemán y huyó a los suburbios de Versalles. Cuando las tropas regresaron al día siguiente para buscar las armas que habían dejado, los trabajadores enojados se enfrentaron a ellos. Las tropas rechazaron las órdenes de disparar contra la multitud. Entregaron sus armas a los trabajadores.
Al día siguiente, 18 de marzo de 1871, el Comité Central de la Guardia Nacional se hizo cargo del Ayuntamiento y desplegó la Bandera Roja de la revolución obrera. Por primera vez en la historia de la sociedad de clases, la clase trabajadora había tomado el poder.
Construyendo igualdad
El Comité Central convocó a nuevas elecciones. “Los hombres que mejor les servirán son los que elijan entre ustedes”, instó a los trabajadores. Las banderas rojas estaban por todas partes.
La Comuna mantuvo la forma burguesa de las elecciones, pero los trabajadores victoriosos no simplemente se apoderaron de la maquinaria estatal burguesa. Lo destrozaron y empezaron a construir algo nuevo: la dictadura del proletariado.
Las masas eran los verdaderos dueños de la Comuna. Veinte mil activistas asistían diariamente a las reuniones de los clubes pequeños para ofrecer críticas y hacer sugerencias. Los funcionarios electos consideraron todas las propuestas y, por lo general, actuaron sobre ellas. Los funcionarios que desatendían a las masas estaban sujetos a un retiro inmediato.
El gobierno obrero disolvió las unidades burguesas de la Guardia. Suspendió todos los decretos del antiguo gobierno. Los trabajadores derribaron la Columna de la Victoria, símbolo del imperialismo francés. Eligieron a un comunista húngaro-alemán para su cuerpo de gobierno, declarando que la Comuna representaba a los trabajadores en todas partes.
El gobierno de los trabajadores eliminó el apoyo estatal a la religión y se apoderó de la propiedad de la iglesia. Limitó los salarios de los funcionarios para que ninguno ganara más que el salario de un trabajador. Quitó los derechos de los patrones a multar a los trabajadores. Se hizo cargo de los talleres que habían sido cerrados debido a la depresión económica y los entregó a las cooperativas de trabajadores.
Esta dictadura de la clase trabajadora fue el requisito previo necesario para abolir la esclavitud asalariada del capitalismo. La Comuna mantuvo el poder durante diez breves semanas. Demostró para siempre que la clase trabajadora puede, debe y gobernará la sociedad.
¿Por qué perdieron los trabajadores en 1871?
La burguesía francesa utilizó el dinero de los impuestos extraído del sudor de los trabajadores para pagar al gobierno alemán y liberar a los prisioneros de guerra franceses. En mayo, después de una sangrienta guerra civil en las calles, estos soldados volvieron a tomar París para los patrones. El movimiento comunista se apresuró a extraer algunas de las lecciones de esta heroica e histórica lucha. Otros solo los reconocimos un siglo después.
* Los trabajadores necesitan aplastar el estado patronal. Pero la Comuna no fue lo suficientemente lejos. Fue indulgente con los contrarrevolucionarios y los renegados. Permitió que la burguesía francesa se reagrupara, en lugar de organizar un Ejército Rojo para perseguirla. La burguesía no fue indulgente en absoluto después de que aplastó la Comuna, asesinando a 100.000 trabajadores (incluidos niños). La Comuna no pudo vincularse con las comunas de Lyon, Marsella y otras ciudades. La dictadura de la clase obrera necesita armar y organizar a las masas, pero también necesita un Ejército Rojo.
* La Comuna organizó a los trabajadores en clubes políticos, pero no en un partido comunista. Hubo mucha democracia (discusión de políticas) pero no mucho centralismo (acción unida). La forma política de la democracia burguesa socavó los objetivos de la clase trabajadora de la Comuna.
* La Comuna no se movió lo suficientemente rápido para abolir el capitalismo. Si hubiera expropiado el Banco de Francia, la burguesía francesa habría tenido más dificultades para formar un ejército contrarrevolucionario.
La Comuna reconoció la necesidad de igualdad entre trabajadores y cuadros revolucionarios. Pero ahora podemos ver que igualar los salarios no sustituyó a la abolición total del sistema salarial.
Mientras marchamos por el comunismo el Primero de Mayo de este año y todos los años, el Partido Laborista Progresista llevará adelante el espíritu de la Comuna de París.
Para más información sobre la Comuna de París y las lecciones que los comunistas extrajeron de ella, lea el libro de Karl Marx, La guerra civil en Francia; Frederick Engels, Las grandes lecciones de la Comuna de París.
La insurrección en el Capitolio el 6 de enero, los problemas por el colapso eléctrico en Texas y haber sobrepasado la triste meta de 500,000 muertos debido a la pandemia del coronavirus, muestra al mundo que la podredumbre del capitalismo estadounidense se extiende a la infraestructura, la democracia liberal, y la salud. Un niño de 11 años fue encontrado, por sus devastados padres, congelado en su cama (Houston Chronicle, 18/2). Murió porque los depravados patrones valoran mas sus ganancias que las mas básicas necesidades de la clase trabajadora.
Para los trabajadores de y alrededor de la costa del golfo, la maldita negligencia de los patrones llevo a la miseria masiva y un sin numero de muertes. Tan solo en Texas hoy, casi 17 millones de trabajadores viven con ordenes de “hervir el agua”. Medio millón aun no tiene agua, tres semanas después que la tormenta invernal rompiera la frágil red eléctrica (cnn.com, 1/3). Los patrones estadounidenses tienen un grave problema, enfrentar el creciente poder global de China. Los trabajadores no estarán tan ansiosos de luchar por una clase gobernante que no puede proveer ni siquiera agua potable, o calefacción durante los brutales inviernos. No se puede regular al capitalismo para que sirva a las necesidades de los trabajadores. Conforme el capitalismo estadounidense da tumbos de crisis en crisis, debemos comprender para que sirven las reformas capitalistas: preparaciones fascistas para la guerra general.
El desastre eléctrico en Texas nos demuestra la anarquía y crueldad que existe al nucleo del capitalismo. Los patrones solo se mueven en base a las ganancias que puedan obtener de la extracción de energía para generar electricidad y llevarla a los hogares, la red esta agotada, no tiene la capacidad de llevar electricidad cuando y donde mas se necesita.
Energía domestica: Espina dorsal del pequeño fascismo
La caída energética refleja una creciente división dentro de la clase dominante estadounidense. El modelo energético de Texas no es precisamente regulado, es un “mercado libre” capitalista en toda su extensión. Acuerdos independientes de electricidad, en Texas, datan de mas de un siglo. Fueron concebidos por productores de energía domestica para escapar regulaciones federales e impuestos que beneficiaran al capital financiero multinacional, es decir el ala de los grandes fascistas dentro de la clase dominante, quienes ahora son representados por Joe Biden y Kamala Harris.
Los racistas pequeños fascistas, como los republicanos que dirigen Texas, están desesperados por conseguir el máximo de ganancias a corto plazo. Por lo tanto, no les interesa contribuir para mantener el extenso y tambaleante imperio estadounidense. Los grandes fascistas necesitan una infraestructura mas confiable y mas “sacrificio” de todos sus colegas capitalistas – para preparase para la guerra con China. Lo que significa mas regulación y mas impuestos corporativos. Mas allá de financiar la guerra, los liberales del capital financiero saben que necesitan proveer el mínimo de estándar de vida para que los trabajadores piensen que viven en una sociedad por la que vale la pena luchar y morir.
Fascismo grande: sigue
siendo principal peligro
Después que Donald Trump llegara a la Casa Blanca, una probadita de los poderes presidenciales han motivado a los pequeños fascistas a mantenerse en la ofensiva. Su desafío a los patrones liberales muestra la debilidad del ala principal en disciplinar a su propia clase. Los pequeños fascistas comenzaron el 2021 con un intento de golpe vitoreado por Trump, quien aun rehúsa aceptar que perdió las elecciones con Biden. Hasta la fecha no ha habido consecuencias. En la convención del Conservative Political Action Conference (CPAC) el 28 de febrero, Trump presumía la tenacidad del movimiento racista: “No estamos comenzando nuevos partidos. Tenemos el partido republicano” (Convencion CPAC, 28/2).
Los grandes fascistas liberales enfrentan un montón de desafíos si quieren mantener el control en su propia casa mientras se defienden de sus rivales como China y Rusia. Esta en juego las necesidades a largo plazo del imperialismo estadounidense. La infraestructura se cae a su alrededor. El fracaso de la red eléctrica, además de los grandes incendios forestales en California y los apagones por todo el país, han demostrado que estaba justificada la calificación de “D+” que le diera, en 2017, la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles, a la infraestructura de la nación. Es decir, que las condiciones exhibidas estaban por “debajo del estándar”, exhibiendo “deterioro significativo” con un “fuerte riesgo de fracaso” (Council on Foreign Relations, septiembre, 2020).
El gran plan de los grandes fascistas esta, por ahora, en neutral. Aun cuando los demócratas controlan la Casa Blanca y ambas casas del Congreso, aun no han podido establecer modestos avances para ganar la lealtad de la clase trabajadora. El salario mínimo de $15, condonación de la deuda estudiantil, y cheques de estimulo, aun no han pasado. Pronto, la única opción que les quedara a los liberales imperialistas será moverse hacia el fascismo abierto, para acabar con sus rivales, los pequeños fascistas, y tratar de controlar una clase trabajadora enfurecida. Bajo esta lupa debemos ver las crecientes demandas para que la Cámara de demócratas, le quite la plataforma al noticiero Fox por sus pecados en promover el fenómeno Trump (político.com, 22/2).
Al imponer la solución final – el fascismo – los gobernantes liberales tratan de avanzar con una clase gobernante unida, como la de China, quienes muestran mayor control sobre el poder estatal y la infraestructura.
Las ilusiones sobre el declive de EE.UU. hace que algunos trabajadores se pregunten “como puede ocurrir en este país” que los ancianos y niños mueran de frio en su cama. Pero este tipo de atrocidades es lo que el capitalismo estadounidense ha impuesto internacionalmente desde que se convirtió en el poder máximo después de la segunda guerra mundial. Es una pequeña muestra de los que nos espera. Los planes del imperialismo estadounidense global destruirán poblaciones y devastara el ambiente natural. Las atrocidades de hoy parecerán un juego en comparación con lo que viene.
Capitalismo = Lucro antes
que necesidades humanas
Comunismo = abolición del lucro
La revolución comunista es la única fuerza en la historia que ha podido parar el imperialismo. Los grandes logros de los trabajadores soviéticos y chinos al convertir la guerra imperialista en revoluciones comunistas sigue siendo nuestro ideal. Es verdad, esos logros han sido revertidos por el resurgimiento del sistema de ganancias. La valiente victoria de los trabajadores vietnamitas sobre la maquinaria de guerra del imperialismo estadounidense en la década de 1970, no pudo producir un Vietnam comunista. Pero, nuevamente, probo que el poder de los trabajadores con liderato comunista puede derrotar al imperialismo.
Los comunistas confiamos que podremos construir un mundo donde los trabajadores no tengan que morir en sus camas. Cuando hayamos acabado con la dictadura de los patrones liberales capitalistas, una dictadura de la clase trabajadora podrá resolver todos los problemas que hoy parecen no poder resolverse. Tendremos éxito donde los patrones han fallado porque acabaremos con el lucro como la fuerza motriz detrás de cada decisión económica y política.
El sistema de ganancias racista y sexista ofrece terribles opciones a los trabajadores, sean demócratas o republicanos. Los trabajadores se congelan hasta morir en Texas, se mueren incinerados en los fuegos forestales de California, mueren en secreto en los asilos de ancianos en Nueva York, o son masacrados por la lluvia de misiles estadounidenses en Siria. Solo el comunismo puede acabar con el caos mortal fabricado por el capitalismo. Nuestra liberación esta en deshacernos de los fascistas, grandes o pequeños, para crear un mundo dirigido por y para los trabajadores. ¡Lucha por el comunismo, únete al Partido Laboral Progresista!
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Caravana de trabajadores golpea gentrificación patronal racista
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- 10 Marzo 2021 120 visitas
INGLEWOOD, CA, 28 de febrero—”¡No hay buenos dueños en un sistema capitalista!” Este y otros cánticos antirracistas resonaron en todos los vecindarios aquí durante una caravana de automóviles contra la gentrificación racista y la gentrificación de residentes principalmente negros y latinos.
Luchar por un mundo comunista requiere tener confianza y depender de la clase trabajadora. Significa desarrollar una planificación, organización y disciplina colectivas para que se convierta en algo natural para nuestros miembros y nuestra clase. Y significa dar un liderazgo político audaz y comunista en la lucha de clases.
De alguna manera, la lucha de un sindicato de inquilinos local y una organización sin fines de lucro para reclamar una casa por y para una familia desalojada se ha convertido en un campo de entrenamiento político para los miembros del Partido Laboral Progresista (PLP) y nuestros compañeros combatientes de la clase trabajadora.
Gentrificación racista ataca a todos los trabajadores
Con la construcción de So-Fi, un estadio de fútbol completamente nuevo, y el inicio de la construcción de una arena para el equipo de baloncesto Los Ángeles Clippers, la ciudad predominantemente negra y latina de Inglewood se ha convertido en un centro de gentrificación en el área de Los Ángeles. Desde 2016, el aumento vertiginoso de los valores de las propiedades ha llevado a enormes aumentos de alquiler que precedieron a una ley de control de alquileres de 2019. Incluso con la ley, la abyecta falla de la administración de la ciudad para hacer cumplir las regulaciones del código de vivienda ha seguido permitiendo que los propietarios chupasangre obliguen a los inquilinos a mudarse y luego aumenten los alquileres.
Otro aspecto de la gentrificación racista ha sido la aparición de delincuentes de poca monta como Trojan Capital Investments, comprando hipotecas “en dificultades”, desalojando a los propietarios de viviendas de la clase trabajadora y luego vendiendo para hacer un paquete con sus inversiones de dinero ensangrentado. La necesidad de unidad multirracial de la clase trabajadora en esta ciudad no podría ser más evidente.
El comité de planificación de la caravana, compuesto en su mayoría por jóvenes latinos miembros del sindicato de inquilinos, despertó el entusiasmo de un taller de construcción comunitaria que se llevó a cabo el fin de semana anterior. Ese evento destacó el papel histórico de los Consejos de Desempleados liderados por el Partido Comunista, que lideraron la lucha de la era de la Depresión de la década de 1930 contra los desalojos, las personas sin hogar, el desempleo y el racismo.
Esa presentación, realizada por un miembro del PLP, mostró imágenes de las condiciones que enfrentaba la clase trabajadora y cómo nuestra clase luchó en ese entonces, para resaltar la similitud de esas condiciones con el hambre actual, la falta de vivienda, el desempleo, los desalojos inminentes y el terror policiaco. El orador también subrayó la unidad multirracial, antirracista y dirigida por comunistas de esas luchas pasadas. Aunque ese movimiento dirigido por los comunistas ganó algunas reformas, no logró derrocar a todo el sistema capitalista con la revolución. Pero es el capitalismo la causa de los males que nuestra clase enfrentó entonces y todavía enfrenta ahora. Todo el maldito sistema capitalista debe desaparecer.
Casi 50 personas en 35 automóviles participaron en la caravana, parte de una campaña en aumento para obligar a Trojan a devolver la casa a la familia a un precio razonable. También trajimos el mensaje de unidad inquilino/propietario para ayudar a energizar a nuestros hermanos y hermanas de clase en la lucha contra la gentrificación. Los organizadores de la campaña habían sondeado previamente los vecindarios circundantes. Los trabajadores respondieron con entusiasmo a nuestros carteles y mensajes, tomando literatura, levantando los puños e incluso uniéndose a nuestros cánticos militantes. La caravana terminó en un complejo de apartamentos directamente frente a SoFi. Uno de los inquilinos del complejo habló y expuso las pésimas condiciones plagadas de moho que el propietario se niega a reparar.
Desde los cánticos hasta la cálida solidaridad mostrada a los oradores inquilinos y propietarios, la energía y el espíritu de los jóvenes que organizaron la caravana se hizo patente. Un orador atacó el papel de los policías locales en la promoción de la gentrificación racista y prometió seguir luchando para derrotar este flagelo de la clase trabajadora. Otro pidió librar al mundo de un sistema donde la vivienda sigue siendo una mercancía. Todos los oradores han estado trabajando en estrecha colaboración con miembros del PLP en esta campaña. Han estado extremadamente abiertos a nuestro llamado a la revolución.
Los comunistas liderarán a los obreros a la victoria
De cara al futuro, tenemos grandes oportunidades para construir nuestro Partido. Aproximadamente 25 personas en la caravana tomaron la última copia de DESAFÍO. Continuará la campaña para recuperar el hogar de la familia. Los desalojos masivos, temporalmente suspendidos por las falsas “moratorias” estatales de los patrones, inevitablemente volverán a levantar su fea cabeza.
Mientras tanto, la rivalidad interimperialista entre los patrones estadounidenses y chinos conducirá a una guerra mundial. Estos cataclismos requerirán una respuesta masiva de la clase trabajadora, dirigida por nuestro Partido, inspirándose y aprendiendo tanto de las fortalezas como de las debilidades de nuestros predecesores en el antiguo movimiento liderado por el Partido Comunista.
Las experiencias de “golpes duros” de la clase trabajadora validarán inevitablemente la línea del PLP de que “la única solución es la revolución comunista”. A través de las pequeñas luchas de hoy, nos estamos capacitando a nosotros mismos y a la clase trabajadora sobre cómo tomar y mantener el poder y construir un mundo donde la vivienda digna y todo lo demás, que los trabajadores producirán colectivamente, se compartirá según las necesidades.
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- 1930 Langston Hughes, gran poeta del movimiento comunista