La aprobación de la Ley de Seguridad Interior por parte de ambas cámaras del poder legislativo, la promulgación por Peña y el inminente aval de la Suprema Corte, es una muestra de que la clase capitalista en el poder puede modificar la ley de acuerdo a sus intereses de clase, es decir, la ley responde a sus necesidades. Pone claramente en evidencia que vivimos bajo la dictadura de una minoría millonaria, rapaz y explotadora, que usa la democracia o el fascismo para garantizar la existencia y funcionamiento de su sistema de explotación y ganancias.
A pesar de la oposición de varios sectores de la misma clase capitalista y sus instituciones, intelectuales, artistas, organismos de derechos humanos, la inoperante Organización de las Naciones Unidas (ONU), así como de sectores de la clase trabajadora que resisten a un sistema cada vez más fascista, el sector de la clase patronal que controla el gobierno, decidió aprobar la Ley, que solo legaliza el estado militar que impuso Calderón cuando ocupó la presidencia.
Sin embargo, los trabajadores sabemos que los capitalistas no necesitan un marco legal para defender su sistema en caso de que los trabajadores se opongan a sus abusos, ejemplos sobran, la matanza del 68 en Tlatelolco, el halconazo del 10 de junio en 1971, la guerra sucia de los 70’s y 80’s, el asesinato sistemático de maestros disidentes de la CNTE, de militantes perredistas de base, la represión genocida de las comunidades zapatistas, las masacres de Aguas Blancas y Acteal, la guerra contra el narco que ha dejado a decenas de miles de muertos y desaparecidos inocentes y cientos de miles de desplazados (todos catalogados como daños colaterales), la brutal represión de la Comuna de Oaxaca, las matanzas de Tlatlaya y Tanhuato, la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, la represión criminal en Nochixtlan. El capitalismo es un sistema genocida, asesino de trabajadores, es una dictadura que defiende su subsistencia por medio de los aparatos del estado, sus leyes y sus fuerzas represivas. La desigualdad y la miseria desproporcionadas, son otras formas de violencia contra la clase trabajadora que no debemos de minimizar. No podemos hacer que un sistema así funcione bien para los trabajadores, eso es una ilusión, necesitamos una revolución comunista que acabe con la dictadura capitalista de una minoría sobre la mayoría de la población.
Un sector de la clase capitalista, incluidos sus intelectuales y “artistas”, creen que el capitalismo puede funcionar democráticamente, confían en que el sistema puede ser más justo y han arrastrado a cientos de miles de trabajadores a esa idea, cuyo máximo líder y representante es López Obrador. Pero eso es un engaño, la dictadura capitalista tiene dos máscaras, la fascista y la democrática, se pone cualquiera de ellas, según convenga a sus intereses de clase. Todos los candidatos de los partidos electoreros, defienden el interés del capital, José Antonio Meade, Ricardo Anaya, López Obrador, Jaime Rodríguez “El Bronco” y Margarita Zavala. Ninguno de ellos plantea acabar con el sistema de ganancias y explotación, pero sí quieren hacernos creer que nosotros tenemos el poder de decidir quién nos gobernará, que tenemos esa libertad, pero sólo somos libres para elegir a nuestro próximo opresor, dentro de un sistema electoral amañado y listo para la negociación entre la clase política y los burgueses más prominentes o mejor relacionados con las burguesías transnacionales.
A diferencia de los otros candidatos, Mari Chuy, la candidata del Concejo Indígena, representa la resistencia de las comunidades a la opresión del capital, pero su postulación es un reflejo de la línea equivocada que la cúpula del Ejército Zapatista de Liberación Nacional les ha impuesto, la vía electoral, la autonomía y el nacionalismo, sin salir del marco capitalista.
La discusión de la Ley de Seguridad Interior, permitió que muchos especialistas y opositores, mostraran que viola la misma legalidad establecida en la Constitución, pero precisamente ese debate simulado de ideas, oculta que la clase patronal dicta las leyes y en consecuencia las modifica a su antojo. Una muestra es la reforma energética, cuya aprobación junto con el resto de los paquetes de reformas, fue el resultado del trabajo conjunto que hizo la clase capitalista desde el ascenso de De la Madrid al poder, los avances significativos en el plano ideológico, financiero, económico y legal con Salinas y Zedillo, el engaño democrático de la alternancia con Fox, la imposición de un estado de sitio con Calderón y la aprobación de facto con Peña. En paralelo a éste proceso de mayor control de la clase patronal sobre la riqueza energética, la clase trabajadora en México se convirtió en una de las más explotadas y miserables en el mundo, con la mano de obra más barata y las jornadas laborales más largas.
En el plano de los intereses imperialistas en México, los aspavientos de Trump al inicio de su presidencia, en el sentido de enviar tropas a México para controlar a los cárteles de la droga y controlar posibles amenazas terroristas, es una muestra de la presión de Estado Unidos para que exista un control más fascista de la población, pero en el fondo, se trata de garantizar el control del traspatio de EU, ante una mayor presencia de China, su principal rival imperial en el mundo y con cada vez mayor presencia en Latinoamérica. Sin duda, EU todavía determina las decisiones estratégicas de la clase patronal en México, ellos presionarán al gobierno mexicano para que imponga a Anaya o Meade en la presidencia, aunque Obrador gane las elecciones, si es necesario, harán uso de la Ley de Seguridad Interior para ese propósito. De hecho, su aprobación es una muestra de que han decidido qué grupo político se mantendrá en el poder, el PAN o el PRI.
La clase capitalista no es monolítica, tienen intereses particulares diferentes y a veces contrarios, pero al final sus intereses como clase son los que predominan, cuando se trata de someter a la mayoría, es decir, a la clase trabajadora. Debemos luchar contra la Ley de Seguridad Interior y contra todas las injusticias del sistema capitalista desigual, debemos prepararnos para las condiciones represivas en que la lucha de los trabajadores se desarrollará bajo esta ley, pero principalmente debemos elevar nuestro objetivo para cambiar el sistema capitalista opresor y esclavista en que vivimos, por una sociedad comunista de igualdad social.
El Partido Laboral Progresista (PLP), lucha por el comunismo, pero por el comunismo real, no el que se lleva a cabo en China, no el que nunca llegó en la URSS, donde se mantuvo el sistema de ganancias, que es lo que hace una sociedad desigual. El PLP plantea como primer punto y el más difícil, una lucha ideológica, porque estamos seguros que todas las personas podemos luchar contra el individualismo, mismo que nos han hecho creer que es propio de nuestra condición humana, luchar contra el sexismo, que acepta la matanza y desigualdad de las mujeres, contra el nacionalismo que divide, dejando atrás nuestras similitudes y enmarcando nuestras diferencias culturales, contra el racismo, que ha matado a tantos más y contra el sistema de ganancias.

WASHINGTON DC, el 23 de enero—Por dos horas un grupo multirracial de cincuenta trabajadores de tránsito y sus partidarios, incluyendo miembros del PLP, tuvo una línea de piquete en frente del Garaje Norte en Washington, DC. Con las consignas de “Obreros unidos, ¡jamás serán vencidos!” y “Si no lo conseguimos, ¡apágalo!” los obreros del sindicato de tránsito, sección 689, subieron la apuesta en la lucha de un contrato. El capitalismo no permite ninguna otra opción a los obreros excepto iniciar una huelga, aún mantener las conquistas que obtuvimos en el pasado, sin hablar de ganar las nuevas mejoras. Sólo un mundo comunista dirigido por la clase obrera eliminaría esa necesidad por librar el mundo de los patrones quienes se benefician de nuestro trabajo.
Los obreros del sistema del Metro han estado sin un contrato sindical por más de 18 meses. La administración quiere imponer una congelación salarial de tres años, aumenta nuestra contribución a nuestro seguro de salud, y elimina la contribución del Metro a las pensiones para los nuevos empleados. Ellos esperan escaparse con este escándalo por confiar en el racismo dirigido contra la fuerza de trabajo, que es en gran parte negra. Pero muchos obreros blancos también son afectados, y la unidad multirracial puede derrotar este intento.
El sistema de tránsito regional que sirve Washington DC, y unas ciudades en los estados de Maryland y Virginia, necesita una gran revisión. Muchos años de mantenimiento diferido ha causado las averías, los descarrilamientos mortales, y los incidentes de incendios. Los gobiernos locales rehúsan a gravar impuestos a los negocios que necesitan estos modos de transportación para mover sus empleados, a pagar para este mantenimiento, y en cambio cortan los salarios de los obreros y aumentan las tarifas a hacer que la clase obrera pague.
La acción en el Garaje Norte es el primero en una serie de acciones venideras para preparar la membresía a luchar. El liderato traidor del sindicato ha asegurado a la gerencia que esta acción no resultará con una huelga. Pero los obreros tropas que están en la línea de piquete enviaron el mensaje opuesto, lo que está agarrando atención por todo el sistema.
Tras de la acción, los obreros debatieron si confiarse en los políticos locales para proteger nuestros intereses (siempre una propuesta perdedora) o para confiar en nosotros mismos, en otros obreros, y los usuarios de tránsito para organizar las acciones militantes. Miembros de PLP planean aumentar la distribución de DESAFÍO entre estos grupos para construir el PLP en Metro y por toda el área. Esto va a ayudar a contestar esta pregunta en favor de una lucha de nivel base y la acción directa, los bloques de construcción de un cambio revolucionario para abolir al capitalismo y para poner la clase obrera en el asiento de conductor de un sistema comunista global.

BALTIMORE, 10 de enero—Activistas y familia de Tyrone West continúan de ver a través de los sobornos atentos de los patrones mientras que tenían su protesta numero 233 de los Miércoles de West. Son hechos una vez a la semana sin falla, desde que la policía asesino a Tyrone el julio del 2013, la protesta de esta semana recibió un entusiasmo y energía de cinco miembros dinámicos de un club de una escuela secundaria.
La protesta de anoche fue afuera del Distrito Norte Este — la estación de policía adonde trabaja el asesino de Tyrone. Un miembro del club de estudiantes comenzó la manifestación con un mixto poderoso de canto y de hable de palabras. Después, mas adelante hubo un discurso fuerte por la hermana de Tyrone, Tawanda Jones, otro dos miembros más del club dieron sus propios discursos sinceros. Y después de la manifestación, miembros del club hicieron, con mucha energía, una cifra improvisado de estilo libre, condenando a la injusticia y levantando al nombre de Tyrone.
Teniendo estas manifestaciones sin cansar por 233 semanas es una gran cosa. Cuando familias y amigos luchan por un obrero que es asesinado por la policía, los patrones tratan bien duro para silenciarlos, hasta pagarles dinero. La Familia West rechazo un acuerdo potencial grande de la Cuidad de Baltimore, menos la porción específicamente dirigidos para los niños y nietos de Tyrone. Aceptando ese trato hubiera requerido un acuerdo con una orden de silencio, estipulando que los miembros de la familia ya no pudieran hablar en público sobre el asesino horrible policial. Desinteresadamente rechazando la tentación, la familia rechazo esa oferta para que ellos pudieran continuar con su lucha en contra el racismo de largo plazo para la responsabilidad policial.
Una de las lecciones principales de esta lucha es la necesidad de un compromiso de largo plazo con la lucha en contra del racismo, y contra del capitalismo. Por décadas del trabajo del PLP con el club de estudiantes fue hecho posible de darle a estos estudiantes esta oportunidad de participar en la lucha en contra del asesinato racista policial.
La participación semanal del PLP en las manifestaciones de los Miércoles de West, y la distribución regular del periódico DESAFIO, ha tenido una significante, influencia positiva en las ideas aceptadas por participantes regulares. Así como muchos PLPlistas han hecho en los pasados Miércoles de West, un PLPlista hablo esta tarde, condenando al capitalismo como la raíz del terror policial. Responsabilidad policial debajo del capitalismo, lo que quiera decir eso, no es suficiente para los obreros. El papel de la policía en esta sistema es de mantener a los obreros en línea y de mantenerlos aplastados para que no luchen en contra este sistema explotador y naturalmente asesino. ¡La policía no puede ser “arreglado” para hacerlos más buenos — si el trabajo de ellos es aterrorizar!
Los estudiantes, que participaron por primera vez en su Miércoles de West, dijeron que la manifestación fue estupendo, y dijeron que iban a participar en otra ocasión. Uno de los estudiantes, del grado nueve, dijo que su objetivo en la vida ahora es ser una activista. Cada uno de los estudiantes cogió una copia de DESAFIO para traer a su casa y hablaron sobre a lo mejor incluir una semana del Miércoles de West en su concierto de primavera del club.
La clase obrera necesita masas de jóvenes con esta energía, y todos los trabajadores, para ver a través de la esencia de este sistema y luchar para finalmente aplastar al capitalismo. Hay subidas y bajadas en la lucha, así como ocurrió en la lucha en contra de la esclavitud, a través de varios cientos años. ¡Pero si la clase obrera se mantiene comprometido para el largo plazo, vamos a ganar!

Esto es parte de una extensa serie de artículos sobre la Revolución Bolchevique, sus triunfos y sus derrotas, del movimiento comunista mundial del siglo XX. Sus comentarios y críticas son bien recibidos.
Los patrones tienen que tener miedo de la verdad sobre los logros gloriosos de la clase obrera, particularmente aquellos logrados bajo el liderazgo comunista. Uno de estos logros, que fue un punto notorio en la Segunda Guerra Mundial, fue el desafío aplastante de los ejércitos fascistas alemanes por el Ejército Rojo Soviético liderado por los comunistas en Stalingrado el 2 de febrero, 1943.
Como el aniversario 75 de esta batalla titánica – en la cual el Ejercito Rojo Soviético, bajo el liderazgo comunista, aplasto el supuestamente (ejercito) Nazi Wehrmacht “invencible”, podemos esperar que los medios de comunicación capitalista o que ignoren esta victoria, o que la calumnien y mientan sobre ella, para tratar de disminuir su significando.
Batalla de Stalingrado comienza el desafío Nazi
Con la victoria del Ejercito Rojo en Stalingrado, la ola del ejército Nazi decisivamente retrocedió. Incluso un anticomunista y político reaccionario como Winston Churchill – un asesino en masa como el – fue forzado admitir que Stalingrado fue un cimiento en el cual el destino de la guerra, y el mundo, se apoyo.
En la víspera de la batalla los Nazis ocuparon un área de la Unión Soviética que contenía un 40% de la población soviética pre-guerra y un 50% de la capacidad industrial y agraria. La primera ola de los bombardeos nazistas golpeó a Stalingrado en agosto 23 del 1942.
Los Nazis no dejaron ningún edificio en la ciudad. Pero el Ejercito Rojo convirtió cada casa destruida y sótano en un campo de batalla. Se organizo una milicia obrera y combatió tras la pilas de escombros en las calles mientras continuaba a operar las maquinas de tractor y fabricas del Octubre Rojo. ¡Estas fabricas continuaron a produciendo durante toda la batalla! Los tanques rodaron de las líneas de ensamblaje derecho a la batalla para defender los obreros.
Los fascistas tenían superioridad de 2 a 1 en armamentos y tropas. La artillería y aviación de los Nazis atacaban continuamente las líneas de distribución por todo el Rio Volga. Los animosos defensores se mantuvieron, edificio por edificio, piso por piso. No se dio una yarda sin combate. Por ejemplo, tomo dos batallones de los Nazis – mas o menos 2,000 hombres- cinco días sin parar desalojar 48 soldados soviéticos de los asesores de granos. Y esto fue solo después que la mayoría de defensores estaban muertos y el resto no tenían ni munición ni comida.
Stalingrado y la revolución
Stalingrado tenía un lugar especial en el corazón de los obreros soviético. Aquí, en 1918, el Ejercito Rojo, bajo el liderazgo de Stalin, derroto el ejército Blanco (anticomunista) del general Denikin. La ciudad que en ese entonces se conocía como Tsaritsyn la renombraron Stalingrado el 10 de abril de 1925, para reconocer el papel de Stalin (Stalin mismo se opuso a renombrar la ciudad con su nombre).
La decisión de mantener a Stalingrado a cualquier costo fue parte de una estrategia brillante a mantener una fuerza de concentración alemana en la ciudad, permitiéndole al Ejercito Rojo a lanzar un contraataque en contra de los flancos más débiles Nazis del norte y este. Este ataque soviético vino en noviembre 19, 1942. En solo tres días, se formaron dos anillos de hierro tras las fuerzas alemanas – estaban rodeados, su sendero de suministros y retroceso bloqueados. Cerca de 300,000 tropas fascistas estaban atrapadas. Aquellos quienes habían venido a asfixiar la flor de la Revolución Rusa fueron aplastados ellos mismos contra la piedra.
La derrota Nazi en Stalingrado le dio un golpe paralizante a su maquina de guerra. Entre agosto 1942, y febrero de 1943, casualidades de las fuerzas fascistas – entre el ejercito alemán y sus aliados, italianos, húngaros, rumanos, españoles, y otros – 1.5 millones, mas o menos 15% de sus fuerzas totales. En la batalla se perdieron un año y medio de tanques, armas, y aeroplanos.
Desde ese punto, el ejército fascista nunca pudo de nuevo ir a la ofensiva estratégica.
Los Obreros defienden su revolución
Las batallas de Kursk, Oriol, Bielorrusia, y Vístula (Polonia) siguieron en sucesión, terminando con la entrega de Berlín, la capital de Alemania, al Ejercito Rojo el 8 de mayo 1945. Finalmente se libero la humanidad del yugo hitleriano.
¿Cuál fue el secreto tras el éxito soviético? El factor crucial fue que la Revolución Bolchevique de 1917 había introducido elementos del comunismo en la sociedad soviética. Los obreros soviéticos no tenían que defender intereses de “sus” patrones en contra de los patrones alemanes, como fue el caso en Francia, Holanda, Bélgica, Noruega, y todos los otros aliados. Los obreros soviéticos estaban defendiendo algo de si mismos. Como una madre defiende a su bebe, estaban defendiendo su amada creación – una sociedad con elementos comunistas.
Sin embargo, es claro que esta sociedad tenía muchos elementos capitalistas. Estos tenían el efecto de debilitar el Ejercito Rojo y la lucha en contra del fascismo. Debido a presión de los oficiales, los rangos se re-introdujeron en 1937. Antes de eso, todos desde el general mas alto a cualquier soldado ordinario simplemente era “camarada”.
Elementos nacionalistas se trajeron aparentemente para reforzar el espíritu combatiente del ejército. Para un país que había pregonado la revolución mundial y era un modelo para los revolucionarios de todo el mundo, esto fue decididamente una paso atrás. Para socavar el espíritu internacionalista, antifascista. El nacionalismo causo que la guerra a que la renombraran La Gran Guerra Patriótica (o de la Tierra Padre).
Stalingrado: Todavía un símbolo de combate en contra del capitalismo
Aun Stalingrado sigue siendo el símbolo de lucha inquebrantable en contra del capitalismo. Cuando, después de la muerte de Stalin en 1953, se introdujeron abiertas medidas capitalistas en la Unión Soviética, reinstituyendo propiedad privada (las Estaciones de Maquinas-Tractor vendían a granjas colectivas), el nombre “Stalingrado” lo cambiaron a “Volgogrado.”
! Aun así la historia de Stalingrado permanece! Invicta y no conquistas, lucho y prospero gracias a lo mejor de la humanidad. Allí floreció un sentido de igualitarismo y camaradería, de valentía y determinación, de odio intransigente en contra de la opresión y amor ilimitado por sus compañeros obreros – el verdadero espíritu comunista. Stalingrado significa lucha firma en contra de los explotadores. Este espíritu esta vivo y coleando en cada eslogan en cada pancarta revolucionaria, en cada puño alzado.
Mientras la gente obrera del mundo luche en contra de la opresión capitalista, habrá más Stalingrados.